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Mostrando las entradas de abril, 2019

QUE ENVUELTO EN LAS SOMBRAS

                                                QUE ENVUELTO EN LAS SOMBRAS                                                                                                              Que envuelto en las sombras                                                                                                               Te busca y te nombra                                                                                                               Volver, Gardel y Lepera Desde el gran ventanal, la bruma, dejaba entrever la silueta de los barcos anclados en el muelle del puerto de Vigo. Ramiro observaba el paisaje, imaginando detrás de esa niebla, el Rio de la Plata, y por supuesto, Buenos Aires. La voz metálica del intercomunicador lo sacó de sus cavilaciones, - señor De La Fuente, el señor Rebollido, le pide, que en cuanto pueda, pase por su despacho-. Ramón Rebollido, era el único amigo que Ramiro tenía, en esos años de exilio, solterón como él, niño en

LA DURMIENTE

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… y se tiro a dormir cien años. Tal vez más. No habría príncipe que pudiera despertarla, ni con beso, ni regalos, ni dinero. Ella solo quería dormir para siempre. Había sido envenenada con lo cotidiano, con lo repetido, con lo absurdo del día a día y tan solo le quedaron ganas de dormir y no despertar nunca jamás. Una vez dormida, ya dejó de pensar, pero previo a esa decisión había pensado, tal vez, demasiado. Desfiles de imágenes e ideas circunvalaban su lucidez, llegando, incluso, a opacar su cordura a menudo.De inmediato, un sopor, sueño más sueño, crecía dentro de si y le sobrevenían una inmensas ganas de acostarse allí mismo donde estuviera, ya fuera el cordón de la vereda, en medio de un andén, al lado de la fuente de la plaza o en el asiento de la sala de espera de un hospital. Su vida entera sumaba el peso de una loza sobre su cabeza y el de dos plomadas tirando desde cada uno de los párpados hacia el suelo. Y fue aquel día en que mirando al espejo para enc

DEL OTRO LADO

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Del otro lado Mover la perilla con la otra mano.  Girar en ángulo recto.  Cambiar el rumbo. Encarar las cosas en viceversa.  Pasar de la derecha a la izquierda.  Bajar de la cama con el pie contrario y descubrir la manera de dar un nuevo paso en la escalera.  Probar el agua del mar con el dedo inútil.  Besar la comisura boba del labio.  Hacer el amor, y dormir de su otro lado. Vulnerar el destino, invirtiendo los caminos. Mutar, jugar a ser yo,  mi otro. Y. M.

OJO DE PORCELANA

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El ojo rodó por el suelo como un botón recién descocido y se detuvo en una esquina, enredado entre pelusas viejas. Detenido, restaría allí una duración incalculable de tiempo, en el silencio del rincón, bajo las cosquillas de las patas de la araña, ensombreciéndose y escondido lejos de la muñeca de porcelana, desde donde, accidentalmente, había caído, para terminar en la esquina del olvido de una habitación de la infancia... (Todos alguna vez debemos pasar por la "muñeca rota"...) Y. M.

UN HOMBRE DESCALZO

    Se sentía cansado, un poco hambriento, extenuado de haber caminado todo el día, como todos los días. El viento empujaba las nubes oscuras, algunos copos estaban esparcidos, aquí y allá, pequeños copos como pintados, como lunarcitos blancos bordados en el asfalto. Subió las escaleras, ya era noche, detrás de él alguien empujo las puertas y las  cerró con fuerza. Se acostó, se tapó hasta la cabeza, se acurrucó como un gato hecho una bola, o como un perro contorsionista que apoya el hocico sobre la cola. Se durmió profundamente, soñó que tenía frio, que sus huesos eran de hielo, que sus dientes temblaban y sonaban como castañuelas tocando un fado. Soñó que estaba en un escenario y los lunares blancos de nieve recién caída se convertían en claveles que el público le arrojaba de lo bonito que sonaba el fado. Se acurrucó más todavía, casi con el mentón tocando las rodillas, le faltaba ponerse el pulgar en la boca y hubiera sido la viva imagen de una ecografía de un beb

AL FIN HAS LLEGADO

El   dolor lo atravesó, hondo, profundo, como atraviesan siempre los dolores. Ha caminado, sí que ha caminado, no recuerda cuanto, tal vez han sido años, muchos, tantos. A veces   el cansancio, la sed, el hambre, la soledad, como para que no se sintiera  tan solo, lo han acompañado. Ha llegado a un lugar, que importa cuál, que importa donde, un lugar al menos es algo, es al menos, un lugar. Ha comido algo, ha bebido con sed, se ha sentado y se acarició los pies, tan secos, tan firmes, tan duros, o tal vez lo seco, lo firme, lo duro, eran sus manos. Ha continuado la marcha, falta poco, falta mucho, falta menos, falta algo, solo falta, la falta, siempre la falta. Y aquí está ha llegado, al fin ha llegado,   la luz tan brillante, tan blanca, tan intensa, por un momento lo ha enceguecido. Ha escuchado una voz, soy la luz le dijo, has llegado, al fin has llegado, te esperaba, estaba ansiosa, necesitaba   tanto tu llegada, necesitaba tanto tus ojos para ve