Miércoles de Taller literario. Mientras escuchaba el relato de María, me quedé dormida. Me introduje en un sueño en donde aparecían mis compañeros del taller literario, pero de otra manera: Rubén se me apareció como un médico. Chela como una maestra, de las que resisten esperando la orden de jubilación. Morena, una adolescente indiferente, obligada a asistir porque, según su madre, era un deber, y así estaría inaugurando en su vida la cadena pesada de los “debereseres”. Dora venía a ser la loca del barrio, la acumuladora de basura y de gatos. Antonia se me presentó como una señora ama de casa, aplicada a dejar todo pulido y esterilizado. Mónica y yo, las niñas del barrio. Clara y Clarita eran madre e hija, viuda y soltera, una para la otra, simbióticas y aburridas a más no poder. José, el dueño de la funeraria en donde estábamos todos reunidos, despidiendo a Norita, la vecina que había muerto de abandono a sí misma el día anterior, a través de un suicidio poco épico. Para
Gracias Ángela.
ResponderBorrarGracias a vos por leer!
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